domingo, 30 de marzo de 2008


Desear equivale a desiderar. Un deseo es una pregunta que se dirigea los astros siderales que gobiernan nuestros sueños. Recuerdo ahora el verso de Leopardi: vaghe stelle dell,Orsa.
Se muy bien que una de estas vagas estrellas sin nombre me pertenece. La he adoptado desde mi juventud como guía, a ella dirigo mis plegarias si se tuerce el rumbo de mi vida, a ella le doy las gracias cuando soy feliz.
Puede que haya desaparecido hace miles de años y que su luz sólo sea un grano de sal que brilla de noche sin nada que la sustente pero mientras no se apague,espero seguir navegando con el viento a favor travesías todavía más azules.
Tumbado en la playa en medio de la oscuridad he tomado un puñado de arena. Imagino que cada grano también es un astro, de forma que mi mano contiene todo el universo.
Ahora la brisa trae un bolero desde un lejano baile de playa y mientras allí unos adolescentes temblarán de pasión al besarse por primera vez, aquí una pareja de amantes habla, habla en la oscuridad con palabras ya gastadas. Cerca de la orilla hay gente asando sardinas.
Vaghe etelle dell Órsa. Esa estrella que ya no existe es la que amo y aún me pertenece.

1 comentario:

P dijo...

Mandíbula mecánica que indócil
baila, descolocada y entreabierta.
Articulando la madera fósil,
ruge con el crujido de las puertas

cierto muñeco con el ojo tieso
y mueca en otras épocas radiante.
Sin haber nunca dado un solo beso,
melancólico yace en un estante.

Los trazos que simulan ser cabello
no encierran sino penas sin color,
ignorantes del cielo, de lo bello.

Y, su estopa, cargada del dolor
de fingir que la vida es sólo aquello.
De no haber conocido un solo amor.