lunes, 6 de agosto de 2007


Amigo, mi amigo:

Dejame seguir siendo este silencio

que se viste de risa en las mañanas,

cuando el sol, como un regalo luminoso y cálido

me derrite la vida de alegría.
Dejame que yo siga persiguiendo respuestas

y esculcando en mi alma

para hallar mis estrellas,

para saber cuanto de luna

o de lucero tengo

o si soy, simplemente,

una nada que sueña.
Dejame seguir siendo monacal y pequeña,

hermana de la hormiga,

amiga de los libros,

de las noches muy noches

y de mi misma dueña.
Dejame ser un poco triste,

un tanto extraña,

un mucho libre en mi bosque

de dudas y preguntas.
No ves que estoy creciendo,

mirandome por dentro,

buscandome en la calma?
No te asombrés amigo…

Mejor dejame seguir siendo

este silencio que se viste de risa en las mañanas.

1 comentario:

Maria Ines dijo...

Este descanso de caminante que nos has propuesto, es sin duda un rellano en la escalera, un espacio en el tiempo, un soliloquio desesperado y al mismo tiempo lleno de paz.
Abrazos