miércoles, 13 de junio de 2007


Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,


Qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,

eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez

a despertar al nuevo día,
jutnos, riendo, despeinados.

2 comentarios:

Juan Pablo López dijo...

que garrón, todo está en pretérito... bueno, por lo menos te queda el recuerdo...

JFontalva dijo...

FELICITACIONES

fuiste seleccionado para jugar a mi juego..
bueno...no es mio..
pero al fin y al cabo te invito yo... basta de cuestionamientos, me inhiben (?)

entra y fijate. un abrazo
Juli